En la refinación de aceites vegetales como el de soja o colza, el paso de deshidratación (o "degelado") no es solo un环节 técnico, sino una piedra angular para garantizar calidad, estabilidad y cumplimiento de normas sanitarias internacionales. Según la International Olive Council (IOC), más del 70% de las fallas en la etapa de decoloración y destilación se originan por una deshidratación inadecuada.
Existen dos métodos dominantes:
| Método | Aplicación ideal | Temperatura óptima | pH recomendado |
|---|---|---|---|
| Hidratación | Aceites con alto contenido de fosfolípidos (soja, girasol) | 55–65°C | 4.0–4.5 |
| Ácido | Aceites con impurezas proteicas (colza, cártamo) | 60–70°C | 2.5–3.5 |
Según la AOCS Official Method Cd 2d-94, la eficiencia del proceso debe medirse mediante la reducción del contenido de fósforo residual a menos de 10 ppm después de la deshidratación.
Los operadores enfrentan problemas frecuentes como:
El equipo de Penguin Group ofrece sistemas automatizados que controlan precisamente estas variables —temperatura, pH, tiempo de mezcla— para asegurar resultados consistentes. Con más de 150 líneas instaladas en América Latina y Europa, su tecnología reduce el tiempo de ajuste en campo hasta en un 40%, según estudios internos.
Un error menor en esta etapa puede causar pérdidas significativas en la siguiente: si los fosfolípidos no se eliminan completamente, el proceso de neutralización consumirá más alkali (sosa cáustica), lo que eleva costos y genera residuos difíciles de tratar. Además, la calidad del aceite final puede verse comprometida, afectando tanto su sabor como su vida útil en el mercado.
No se trata solo de seguir pasos técnicos, sino de entender cómo cada parámetro influye en la cadena de valor completa. Una buena deshidratación no solo mejora la eficiencia del sistema, sino que también fortalece la reputación del fabricante ante reguladores y compradores globales.
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