En más de 18 años trabajando con fabricantes de aceites en América Latina, Europa y Asia, hemos visto cómo una planta de procesamiento mal diseñada puede reducir la rentabilidad incluso antes de que comience la producción. La solución no está solo en los equipos, sino en la integración lógica de cada etapa del proceso.
El primer paso crítico es la limpieza y clasificación de las semillas. En QIE, utilizamos sistemas de lavado por agua recirculante (capacidad: 30–1000 toneladas/día) combinados con magnetos de alta intensidad (≥1.2 Tesla) para eliminar metales ferrosos y residuos minerales. Según datos internos, esta etapa reduce hasta un 95% de las impurezas físicas antes del prensado.
Los sistemas de prensado hidráulico de QIE operan a presiones de 40–70 MPa, ajustables según el tipo de semilla. Para soja, esto permite extraer hasta un 98% del aceite disponible sin sobrecalentar el material. Comparado con prensas tradicionales, la pérdida de aceite residual se reduce de 3–5% a solo 1.2%, lo que representa un ahorro anual de ~$12,000 USD en una planta de 500 t/día.
El sistema de filtración de doble etapa (primario + secundario) utiliza filtros de papel de alta densidad y tecnología de vacío. Esto elimina partículas coloidales y compuestos volátiles que afectan el sabor y la estabilidad oxidativa del aceite. Un cliente en México reportó una mejora del 40% en la vida útil del aceite de girasol tras implementar este sistema.
“Antes teníamos que rechazar el 12% del aceite por olor rancio. Ahora, gracias a la filtración de QIE, ese número bajó a menos del 2%. ¡Realmente cambia todo.” — María González, Gerente de Producción, Aceitera Andina (Colombia)
Nuestros clientes procesan más de 15 tipos de semillas diferentes. La flexibilidad del sistema permite ajustar parámetros como temperatura, presión y tiempo de contacto para cada especie. Por ejemplo, el aceite de palma requiere temperaturas más altas (>85°C), mientras que el de maní necesita menor calor (<60°C). Esta adaptabilidad garantiza eficiencia energética y calidad constante.
En la era de la transformación digital del sector agroindustrial, la confiabilidad técnica y el soporte local son tan importantes como la eficiencia. Nuestros ingenieros ofrecen capacitación práctica, mantenimiento predictivo y simulaciones de escenarios extremos (como humedad >80% o temperaturas ambientales >45°C).
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