En la refinación de aceites comestibles, el paso de desgoma no es solo un detalle técnico — es la base que define la calidad final del producto, la eficiencia de la línea de producción y la seguridad alimentaria. Si estás trabajando con soja, colza o cualquier otro aceite vegetal, elegir entre la desgoma por hidratación y la desgoma ácida puede marcar la diferencia entre un proceso estable y uno lleno de problemas.
Este paso elimina fosfolípidos, proteínas, residuos de agua y otros contaminantes que pueden causar turbidez, sabor rancio o incluso dañar los equipos posteriores como las columnas de destilación. En una planta moderna, un 70% de los fallos en la etapa de neutralización se deben a una desgoma inadecuada. Por eso, entender cómo funcionan ambos métodos es clave para optimizar tu operación.
| Tipo de aceite | Método recomendado | Temperatura óptima (°C) | pH ideal |
|---|---|---|---|
| Aceite de soja | Hidratación | 60–70 | 6.5–7.0 |
| Aceite de colza | Ácido | 55–65 | 4.0–4.5 |
| Aceite de girasol | Hidratación | 65–75 | 6.8–7.2 |
Estos parámetros no son arbitrarios. Un estudio realizado por la Universidad de Wageningen demostró que ajustar la temperatura dentro de ±5°C del rango óptimo puede reducir hasta un 30% el tiempo de sedimentación y mejorar la claridad del aceite final. La agitación también influye directamente: velocidades entre 50 y 80 rpm suelen ser ideales para evitar la formación de emulsiones persistentes.
Si notas que tu aceite está turbio después del desgoma, probablemente estés usando demasiada agua o mal controlando el pH. Una regla práctica: si el pH cae por debajo de 4.0 en desgoma ácida, puedes esperar una separación incompleta. En ese caso, prueba aumentar ligeramente la temperatura (hasta 70°C) y agregar 0.1% de ácido cítrico como coagulante adicional.
Otro problema frecuente es la separación anómala entre fase acuosa y aceitosa. Esto suele deberse a una mezcla insuficiente o a un exceso de fosfolípidos. Aquí, ajustar el tiempo de mezclado (debe ser entre 15 y 20 minutos) y verificar la calidad del aceite bruto antes del proceso es fundamental. ¡Un aceite con más del 1.5% de goma no responderá bien a ningún método!
El desgoma no es solo un paso técnico. Es una inversión en confiabilidad. Cuando lo haces correctamente, reduces la carga sobre tus sistemas de neutralización y decantación, minimizas el riesgo de fallos en la línea y mejoras la aceptación del cliente final. En mercados como México, Brasil o España, donde la calidad visual del aceite es crítica para el branding, esto marca la diferencia entre vender como commodity y posicionarte como proveedor premium.
¿Listo para aplicar estos principios en tu planta? No necesitas cambiar toda la línea. Solo ajustar los parámetros clave basados en tu materia prima. Con una buena comprensión del proceso, puedes mejorar la eficiencia del 15% al 25% sin gastar un euro extra.
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